Transparencia, confianza y autocontrol. Es la receta a modo de conclusión extraída del ciclo de Diálogos sobre el futuro de la prensa en el siglo XXI, que llegó a su fin con la sesión sobre El control democrático de la información, una mesa redonda protagonizada por Alba Tobella (codirectora de Verificat), Fede Segarra (vicepresidente de Dircom Catalunya y director de comunicación y relaciones externas de Damm), Jofre Llombart (secretario de Difusión del Govern de la Generalitat de Catalunya), y conducida por Josep Carles Rius (presidente del Consell de la Informació de Catalunya).
“El control democrático de la información hemos de hacerlo todos. Y con transparencia debemos contribuir a que la esfera pública sea un espacio de debate sano”, manifestó Alba Tobella, que considera que “la libertad de expresión tiene unas reglas compartidas”. Para Fede Segarra, que recordó que “el 88 % de la población declara que la desinformación es un gran problema i que vamos a peor”, la gran pregunta es “cómo gestionamos la desinformación desde la empresa”. Porque, para él, las empresas “somos las grandes afectadas de la desinformación: no generamos desinformación, pero nos impacta, estamos muy expuestas”.
Por su lado, Jofre Llombart, que representaba en la mesa a las instituciones públicas, también cree que como pilar fundamental de la democracia, la libertad de expresión tiene límites. “Saquémonos el miedo: en tanto que libertad, tiene unos límites, unos derechos que colisionan con otros derechos”. Y apostó por el pensamiento crítico como antídoto contra la desinformación.
Pese a los peligros y retos del exceso de información y de plataformas que nos rodea en un mundo globalizado como el actual, todos los ponentes convinieron en que es positivo y está lleno de oportunidades para abrirse al mundo y a nuevos mercados.
Esta sesión cerró el ciclo de Diálogos sobre el futuro de la prensa en el siglo XXI, organizado por Intermèdia en colaboración con Dircom Catalunya y el Col·legi de Periodistes de Catalunya y con el apoyo de la Fundació “la caixa”.
