Probar un bombón de los hermanos Roca y sentir la esencia del gusto o imaginarse en el Camp Nou durante tres escasos segundos a través del olfato. Por no hablar del retorno a 1992 y, poniéndose en la piel de Antonio Rebollo, creerse por unos minutos el rey de Barcelona encendiendo de nuevo la antorcha olímpica. Son solo algunas de las experiencias que propone la Mobile World Capital Barcelona durante una ruta tecnológica centrada en la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído. Un retorno a la máxima pureza de los sentidos para entender la complejidad de la tecnología y sus aplicaciones en el día a día de los humanos que ha podido recorrer una delegación de socios y socias encabezada por el vicepresidente de Dircom Catalunya, Fede Segarra, y el secretario general y tesorero, Marc Gómez.
Y es que el MWC ya es mucho más que un gran aparador de móviles y se ha convertido en el espacio donde vivir de primera mano el futuro de la tecnología aplicada a la realidad cotidiana. Metaverso e Inteligencia Artificial son los grandes protagonistas de la edición de este año, más allá de los expositores con el último grito en móviles. El recinto de Gran Vía Fira de Barcelona es durante cuatro días el centro de atención de gafas, robots y muchos otros cacharros que a menudo cuestan de interpretar más allá del juego. Es por este motivo que en esta edición la Mobile World Capital ha querido aplicar toda esta tecnología a los cinco sentidos, dejando probar a los asistentes posibles soluciones tecnológicas en los ámbitos de la salud, el comercio o los videojuegos.
Lejos quedan las restricciones de la pandemia en una edición del MWC que friega el lleno absoluto, llenando los ocho pabellones del recinto del Hospitalet de Llobregat.
