La inteligencia artificial (IA) ha experimentado un gran avance en las últimas décadas. Los progresos, en lo que se refiere a la tecnología de procesamiento de datos y aprendizaje automático, han permitido el desarrollo de sistemas cada vez más sofisticados capaces de aprender y tomar decisiones de forma autómata.
Así surge ChatGPT, un modelo de lenguaje a gran escala que utiliza tecnologías de aprendizaje automático para generar textos de manera similar a como lo podría hacer un humano. Esta tecnología viene dispuesta a revolucionar gran parte de los procesos comunicativos, con sus ventajas y peligros.
“ChatGPT cuenta con un sistema de aprendizaje automático y características que intenta replicar una conversación real entre personas”, comenta Iñaki Lázaro, experto en tecnología y marketing de la consultora OnlyOne. “Funciona con gran cantidad de datos y la tecnología está destinada a predecir cómo unir palabras con un sentido lo más realista posible, con el objetivo de dar respuesta a preguntas reales de personas”, añade Lázaro, que destaca la capacidad que tiene este proyecto para comprender el significado de las palabras en un determinado contexto, de forma muy realista.
GRANDES NOVEDADES EN EL PROCESAMIENTO DE DATOS
Los chatbots existen desde la década de los años 60, diez años después de la creación del concepto ‘inteligencia artificial’ por parte de John McCarthy en 1956. “Estamos ante una evolución tecnológica de la IA de más de 60 años, con una serie de lenguajes de programación destinados a automatizar el proceso de producción y distribución de contenidos”, afirma Lázaro.
“La gran novedad que aporta ChatGPT frente a sistemas de procesamiento del lenguaje natural anteriores es su precisión a la hora de responder a preguntas, crear correos electrónicos e incluso escribir poemas”, destaca el experto.
ChatGPT también aporta importantes novedades respecto a los asistentes virtuales como Siri de Apple, Google Assistant, Alexa de Amazon o Cortana de Microsoft, con niveles de complejidad mayores. “El proyecto ofrece conversaciones personalizadas mediante el aprendizaje y la comprensión a partir de los comentarios de otras personas”, añade.
APLICACIONES EN LA COMUNICACIÓN CORPORATIVA
La aplicación práctica de ChatGPT en el ámbito de la comunicación corporativa está relacionada con la automatización de procesos sencillos y repetitivos. “Por ejemplo, a la hora de redactar un informe o una respuesta a un concepto general aunque, a continuación, una persona deberá revisar, verificar o incluso adaptar el contenido”, explica Lázaro.
De hecho, ya hay departamentos de Comunicación que automatizan las publicaciones en redes sociales, publicando un mismo contenido a la vez en distintas plataformas. En este sentido, algunos de los usos que se le puede dar a esta IA pasa por la integración del chat en la página web corporativa, en redes sociales, e incluso aplicarlo en comunicación interna para crear contenidos participativos para los empleados o para sugerir ideas en torno a su gestión.
Iñaki Lázaro probó a preguntarle directamente:
“Las respuestas que ofrece ChatGPT suelen ser breves si las comparamos con textos de conceptos generales definidos en sitios web como la Wikipedia. La gran diferencia es que trata de sintetizar el conocimiento existente sobre la pregunta formulada”, indica Lázaro.
También se podría utilizar ChatGPT para realizar una entrevista. El experto asegura que puede llegar a plantear preguntas interesantes a modo de guion general, pero incide en que “con la intervención humana se llegará a contenidos más complejos y completos”.
Lázaro asegura que esta tecnología puede encadenar preguntas y respuestas para generar textos más amplios que den lugar a artículos o incluso a trabajos universitarios, “con el obstáculo para el profesorado de que resulta más complicado detectar plagios”.
¿LA IA SUSTITUIRÁ A LOS HUMANOS?
Una preocupación recurrente y que seguirá formulándose al mismo tiempo que surgen todo tipo de avances tecnológicos en robótica, inteligencia artificial, etc. es la posibilidad de que la máquina reemplace el trabajo de las personas. “En este sentido, la tecnología supera a las personas en capacidad de cálculo, tareas repetitivas…”, asegura Lázaro, pero destaca que los humanos aportamos valores que la inteligencia artificial como ChatGPT no consigue superar, “tales como la creatividad, innovación, empatía y sobre todo, la relación de persona a persona”.
ChatGPT todavía está lejos de ser perfecto. De hecho, la empresa que ha creado el proyecto, OpenAI – ubicada en San Francisco (EEUU) y considerada como laboratorio de investigación en inteligencia artificial -, afirma que su chatbot es incapaz de producir un habla humana; y la forma en que el robot genera respuestas, en términos demasiado simplificados y haciendo meras conjeturas probabilísticas en fragmentos de texto de todo Internet, lo hace propenso a dar respuestas incorrectas.
Como cualquier otro modelo de Chatbot basado en sistemas de inteligencia artificial, puede cometer errores, tener sesgos de género y de otros tipos que simplifiquen, “especialmente si son analizados por personas que cuenten con conocimientos más precisos y experiencias en la materia”, asegura el experto.
Por ejemplo, el periódico francés Les Echos probó el robot en varios temas económicos. Su opinión: “Parece que el estilo está bastante bien hecho imitando al periodista, en cambio, cometió varios errores, con información falsa o información anticuada“. OpenAI incluso avisa que ChatGPT puede “producir información dañina”.
Por lo tanto, estamos ante uno de los múltiples avances tecnológicos en inteligencia artificial de los últimos 60 años, “quizás entre los más destacados y mediáticos, pero todavía queda camino por recorrer para que ChatGPT y otros chatbots puedan mejorar sus prestaciones”, concluye Lázaro.